En este lugar, no amanece ni anochece, ni siquiera llueve o nieva; en este lugar hay un crepúsculo perenne que invita a ser contemplado desde un muelle en el mar, mientras las piernas cuelgan y las nubes se difuminan.
En este lugar, mi hogar, es frecuente hallar artistas frustrados, genios más locos que genios, que abrazan a niños como yo para crear, que prescinden de la vista sustituyéndola por el tacto y el oído.
En mi hogar, los campos están pintados con óleo y las mariposas son de volátil acuarela, los lagos son tinta del más famoso pensador del Japón, y las ovejas parecen nubes que perdieron su capacidad de volar.
En mi hogar no hay reglas, no hay rutinas, tan sólo el día del despertar, cuando todos los seres son arrancados de los brazos de la tierra, cuando todos tienen que abrir los ojos a la peor pesadilla que se pueda tener: la Realidad.
En este lugar todos somos felices, todos menos aquellos que no son capaces de mantener los ojos cerrados aun cuando llega el silencio.
~Laura~
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