mayo 16, 2010

Hay personas que harían cualquier cosa por ese alguien; que incluso fingirían amar para hacer feliz a alguien.
Pero se equivocan; ocultar el dolor no significa hacerlo desaparecer definitivamente.
Saldrá a la luz. La verdad siempre sale a la luz.

Hay personas que piensan sobre lo que podría ser mejor para el resto aun sin haberse quitado sus propios zapatos para colocarse los del otro.

Quizás sea egoísta...
Ahora soy como ella: la perfecta egoísta abandonada que necesita llamar la atención.
Me siento sola cuando me alejo de ellos; me siento alienada.

Necesito que alguien me saque del inhumanismo, que me tienda una mano y me calme, que me arrope contra su pecho y me diga que todo está bien aun no estándolo, que derrote mi madurez con las palmas de sus manos, que me haga sentir pequeñita, como esas muñecas que se deshacen entre los dedos.

No siempre se puede ser fuerte...
¿Qué haré, pues, cuando termine de vomitar sentimientos?

Ahora comprendo por qué he estado tan pérdida últimamente; me faltaba un pilar fundamental: alguien que me diese su amor incondicional.
Puedo sonreír y fingir felicidad, pero cuando llegas a casa hastiada del día de trabajo, cuando te quitas los zapatos y detienes tu mirada sobre las luces roja y amarilla que nadan entre el cristal, necesitas que alguien te quite la máscara y te haga sentir como en casa, en el hogar.

La confianza se ha roto. Creo en el amor, pero no en el enamorado.
Creo en el sentimiento y no en el ser humano, curiosa paradoja; los sentimientos son humanos.

Intorno all'idol...

Las nubes se mecen cayendo lentamente sobre la ciudad...
Quieren ser niebla...



...¡ilusas! ...

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