Muerta o a punto?

¿Cómo explicar este torrente de desavenencias?

Hoy he empezado con buen pie. Comencé resumiendo el librito de 7 eurazos que nos han mandado simplemente por subir nota (y que, teniendo en cuenta mis habilidades interpretativas, voy a hacer sí o sí). No ha ido tan mal, la verdad, esperaba algo peor.

He desayunado una vez terminé el primer capítulo. Dos tostadas de queso y pavo, mis vitaminas y un café. Mientras he visto Espejo Público, como todas las mañanas, y, más tarde, el programa de la 1, donde hablaban de celulitis.

Después del desayuno me he duchado y me he lavado el pelo, que ya tocaba.... Y a continuación me he puesto con Interpretación, pero el discurso de Siberia lo tengo chungo por desperfectos del disco y, al final, lo he dejado para ponerme a leer cosas que... bueno... cosas que han cambiado mi vida.

La verdadera razón por la que escribo, sin embargo, es lo que ha ocurrido después (que no por ocurrir después quiere decir que sea el resultado de lo anterior).

No sé qué le pasa a mi cuerpo. Me he venido abajo físicamente. Es la primera vez en mi vida que mi cuerpo no responde, que me cuesta respirar, mover una mano o un pie, coger el tenedor, mantenerme sentada.

Y esa incapacidad física me ha llevado a empapar toda mi vida del negativismo producido por la primera; me he visto mal con muchas personas: mi "novio", mi abuela, mi padre, mis compañeros de grupo, y, peor aún, me he visto conmigo misma, descontenta, defraudada.

No sé qué me está pasando pero, sea lo que sea, necesito que pare ya. Quiero volver a ser yo, la de antes de todo este maremoto.

¿Y ahora?

Pues ahora estoy sin ganas de nada, tanto física como emocionalmente.

No he querido hablar con mi "novio", tampoco con mi padre, no sé cómo me enfrentaré mañana a mi abuela cuando diga las barabaridades que dice, no sé cómo voy a cantar mañana, no sé qué voy a hacer con todo esto...

Me dispongo a tomarme una enorme taza de café.

Esperemos que me dé algún tipo de energía, aunque no sea la más adecuada.