abril 12, 2010

Mimosa pudica




Está creciendo.
Nació el día 9 de abril de 2010 como un proyecto que podría tardar entre 2 y 3 semanas en germinar.
Sin embargo ahí está.

Sólo tiene 3 días de vida y ya está luchando por vivir.

Es maravillosa.
Lo es.

Es un ser vivo, aunque a veces lo olvidemos. Un ser vivo poco corriente. No tiene 5 sentidos como los humanos o los animales, su movimiento se limita a orientarse hacia los rayos del sol, su respiración no implica poseer branquias o pulmones.

Es el más simple de los seres vivos. Pero ahí está, ansiosa de vivir.
Y yo la adoro. ¿Cómo no voy a hacerlo? No es una persona, ni siquiera es un perro, una tortuga o unos pececitos de colores que sólo saben nadar y boquear en busca de comida.

Pero la amo.

La amo porque sin mí, no sería lo que hoy es, tres díitas después de decidir plantarla, después de coger unas cuantas piedras del jardín como una loca más, después de comprar una maceta bien grande para sus raíces, de comprar la mejor tierra de todas, de plantarla con cuidado: ni muy profunda ni muy hacia el exterior para evitar que sea dañada, después de taparla con un plástico para que tenga la humedad adecuada y colocarla en el sitio más cálido de la casa sin que le dé la luz directa.

La amo porque yo le he dado la vida.

¿Tonterías? ¿Locuras? ¿Estupideces?
No señor, no, vida, una vida con sensibilidad, disfrutando hasta del pequeño brote que hoy me ha recibido en casa y me ha robado una sonrisa, la mejor de hoy sin duda alguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario