febrero 10, 2011

10 de febrero de 2011

Frase del día: "La ignorancia es la madre de todos los crímenes" [Honoré de Balzac].
Instrucciones: leer con el alma abierta y escuchando esta maravillosa canción (nótese cuán inspiradora puede llegar a ser).

Hoy me he despertado bastante positiva. Puede ser por millones de razones externas (como el libro que empecé a leer ayer, cuyo enlace dejo aquí porque merece bastante la pena), pero la parte importante es mi actitud actual frente al mundo. ¡Quiero comérmelo!

Estoy deseosa de ponerme fuerte con el sueco (el idioma, no confundamos... aunque eso también xD), de prepararme para poder dar clases de español, de preparame para las pruebas de ópera, de seguir con el libro... ¡Tengo tantas cosas que disfrutar!

Una de las claves del libro ya mencionado es que se viva cada día como si fuera único, como si en las 24 horas del día presente pudieras hacer algo grande, algo maravilloso que sólo puedes hacer hoy. Así que yo voy a intentar disfrutar de ese día, del día de hoy 10 de febrero de 2011. La clave está en detenerse un instante por la mañana y mirarlo de frente, charlar con él y acordar lo que piensas hacer para que sea más importante que el 9 de febrero de 2011 y que el 11 de febrero de 2011; porque lo que haga hoy condicionará que mañana vuelva a tener uno de estos días en los que te levantas con ganas de comerte el mundo.

Y ahora me voy a la ducha a empezar mi mañana de aprendizaje continuo ^^
Recuerda: Hoy, Aquí y Ahora, de Bernabé Tierno. Lo estoy empezando, pero pinta de maravilla. He aquí un fragmento:

"Tu felicidad tienes que producirla tú mismo. Como acabamos de ver, la felicidad es un guiso que cada cual condimenta de acuerdo con su propio carácter, con sus objetivos e ilusiones y con las circunstancias en que se encuentra, que también influyen. No es lo mismo la felicidad que busca y se confecciona a sí mismo el consumidor de placeres que la que pretende el indolente, y mucho menos que la felicidad de las personas comprometidas y solidarias. Los mendigos y vagabundos, los pobres de este mundo, los enfermos y desahuciados, todos sin excepción, pueden ser aceptablemente felices, porque existe ese rango fijo, ese termostato de felicidad personal que a todos nos lleva a recuperar el estado básico de felicidad que nos caracteriza. No obstante, hay un elevado porcentaje de felicidad que depende de nuestra actitud en las circunstancias que nos afecten en el Hoy, Aquí y Ahora de nuestra vida cotidiana. Ésa es la felicidad que está en nuestras manos depararnos en cada instante de nuestra existencia y de la que se ocupa este libro."

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